En Castilla y León el número de casas rurales crece este verano el 35 por ciento y el de clientes, el 5 por ciento.
Cuando alguien piensa en unas vacaciones de verano en España, la imagen que le viene a la mente no es precisamente la de Castilla y León. Sin embargo, más allá de esas playas en las que cada vez es más difícil encontrar un recodo donde extender la toalla y prácticamente imposible no tener al lado a alguien que grite sin parar, existe otro mundo más relajado: el del turismo rural. Y ahí Castilla y León no tiene rival.
Aproximadamente 1.940 casas rurales están en esta comunidad a disposición de cualquiera que busque silencio, relajación y contacto con la naturaleza. Este año han abierto sus puertas más de trescientos nuevos alojamientos de este tipo, lo que supone un aumento en la oferta de entre el 33 por ciento al 40 por ciento, con lo que Castilla y León acapara el 23 por ciento del turismo rural español, siendo con diferencia el primer destino turístico de esta clase en el país.
Un crecimiento de la oferta que quizá desborde el aumento de la demanda, que va lenta pero segura. Así, si en mayo del 2004 fueron algo más de sesenta y cinco mil personas las que optaron por pasar unas noches en el campo, en ese mismo mes, este año, la cifra roza los ochenta mil. Y se calcula que este verano la comunidad autónoma está recibiendo un 5 por ciento más de visitantes. Un aumento leve en comparación al gran crecimiento de la oferta.
'Este mes de julio ha sido más flojo que en el 2004 y, aunque ahora en agosto ha mejorado, también hay una menor ocupación de los alojamientos rurales', dice Javier Herrera, presidente de la Federación de Asociaciones Castellano y Leonesas de Turismo Rural (ACALTUR). 'Esto se debe' -explica- 'a la mayor oferta existente, con lo que la demanda se reparte más. Y además, queramos o no, Castilla y León no es un destino turístico de verano. La gente suele preferir las vacaciones de sol y playa, donde cada vez hay mejores ofertas'. 'Somos el primer destino en Turismo Rural en España, pero hay que dejar de pensar que julio y agosto son nuestros meses. Otoño es nuestra mejor época', afirma.
Por ello, mientras algunas casas rurales han colgado felices el cartel de 'completo' durante todo el verano, otras se lamentan de estar pasando un periodo no demasiado bueno.
Contra uno de los motivos de esto no se puede combatir: los amantes de este turismo prefieren unas zonas a otras, unos paisajes a otros. Ávila, León y Burgos son los destinos más visitados, mientras que Zamora y Valladolid quedan en la retaguardia. No obstante, la otra razón que determina el éxito o el fracaso de estos alojamientos depende de los propios propietarios y de su habilidad para la publicidad.
Las páginas web y las oficinas de turismo son los puntos desde donde buscar y encontrar una casa rural, pero algunas quedan a veces al margen. Para solventar esto y porque la unión hace la fuerza, ACALTUR pondrá en marcha a partir del mes de septiembre una central de reservas. Esta iniciativa facilitará el contacto entre la demanda y la oferta, y supondrá un importante escaparate para las casas rurales. 'Puede ser una fórmula que sirva para aumentar el turismo rural en Castilla y León', dice Herrera.
'Hay que empezar a pensar en crear fórmulas de comercialización, hacer planes, organizarse, revisar los precios y estudiar si la oferta seguirá aumentando, porque si es así algunas casas lo pueden pasar mal. Hay que lograr que el turismo rural no sea algo pasajero y se consolide', asegura.
Porque, a pesar de estas sombras, el turismo rural es un gran negocio que puede aportar entre 300 y 400 euros por fin de semana, cantidad que cuesta alquilar una de estas casas para dos o tres días. Por el momento, este tipo de viajes están en auge y han dejado de ser algo marginal o alternativo. Además, pueden disfrutarse en cualquier momento del año pues, al contrario que en la playa, la lluvia y el frío no molestan dentro de estas casas.
Terra Actualidad - Vocento/VMT
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